Hay personas que cuando dejan de tener
a alguien en su vida se ponen tristes. Estas son las mismas personas
que llaman a esa situación “pérdida”.
A lo largo de la vida conocemos a mucha
gente. Unos vienen, otros van. Unos dejan huella, otros no. Hay
incluso personas que podemos decir que te cambian la vida, que lo han
sido todo durante años para ti, y que recordarás siempre. Sería,
por lo tanto, cuanto menos lógico que perder amistades así cause un
cierto grado de tristeza. Sin embargo, desde un punto de vista
racional, lo más lógico es todo lo contrario.
¿Por qué debería entristecernos
perder a alguien que no quiere estar ya a nuestro lado? Si esas
personas se separan de nosotros será por algo. Incluso da igual que
el motivo de esa separación seas tú, sean tus errores, porque
alguien que merece la pena está siempre ahí.
Dejemos de hablar de “pérdidas”
para empezar a hablar de “ganancias”. Hablemos de todos los
disgustos que nos hemos ahorrado al separarnos de esas personas.
Hablemos de la cantidad de gente maravillosa que hemos conocido a
raíz de sentirnos solos al separarnos de alguien. Hablemos de como
en la vida no necesitamos tener cosas innecesarias. Hablemos de lo
mucho que hemos aprendido al llevarnos ciertos palos y perder gente.
Hablemos de todo lo que hemos ganado.