martes, 24 de abril de 2012

Si vives como quieres quizás llegues a ser quien quieres.


Desde que somos pequeños soñamos.

Soñamos con lo que queremos ser de mayores. Soñamos con un futuro. Soñamos con una casa. Soñamos con una familia. Soñamos con un trabajo. Hasta los adultos nos cogen fuertemente los mofletes y nos preguntan entusiasmados que qué queremos ser de mayores.
A veces incluso nos obligan a soñar. Nos obligan a hacer lo que se espera que hagamos, a seguir unos esquemas, a soñar con ese concepto que todo el mundo tiene de futuro. Nos obligan desde pequeños a hacer actividades, a aprender idiomas, a hacer cosas que nos ayudarán para ese maravilloso futuro que nos espera. Porque... ¿qué es el ser humano sin sueños?.

No tendría ningún sentido despertarse por las mañanas y no esperar recibir nada a cambio de la vida durante esas 24h siguientes que hay por delante.
Sin embargo, van pasando los años. Estudiamos, vivimos, nos centramos en otras cosas; pero todo eso lo hacemos sin apartar de nuestra cabeza lo que poco a poco vamos deseando cada vez más. Eso que todos soñamos con hacer dentro de veinte años. Unos apuestan por la familia y el trabajo estable. Otro prefieren recorrer mundo con una mochila y alguien de la mano.

Pero la vida es rápida, y no hacemos nada al respecto. ¿De verdad esperas que tu sueño se va a cumplir solo?, ¿que de repente un día se te va a aparecer la oportunidad de tu vida delante de tus narices?, ¿que de un día para otro de vas a convertir en ese tipo de persona que quieres ser?.
Las personas nos hacemos, con cada pequeño acto, cada pequeña cosa que forma nuestra personalidad. Actuaciones que nos hacen ser más responsables, más creativos; que nos hacen acercarnos a nuestros sueños. Sueños que pueden cumplirse.

Pero si algo tengo claro es que los sueños no se cumplen, LOS SUEÑOS LOS CUMPLES TÚ.


"En un mundo descomunal siento mi fragilidad.
No quieras ocultar que has pasado sin tropezar."