miércoles, 22 de febrero de 2012

El amor no se mide en corazones rotos.


Curiosa inspiración. Viene cuando menos la necesitas, en los momentos más raros e inesperados.
Escuchas una canción, tienes una conversación de lo más normal, ves alguna imagen o un viejo video... Y de repente te das cuenta de que una vez más estás planteándote dudas existenciales que no llevan a ninguna parte.


Hoy mi reflexión llega a algo de lo que todos hablan pero pocos conocen: el amor. Todos los filósofos han tratado de definirlo, la mayoría coinciden en que es algo profundo, un sentimiento puro y las personas que lo han sentido coincidirán en esa afirmación.
Sin embargo, si es algo tan trascendental, ¿por qué lo intentamos reducir a números?. Veamos, ¿cuántas veces nos han preguntado lo típico de cuántas relaciones has tenido o a cuántas personas has besado? A veces incluso nos atrevemos a juzgar, pues esa cifra exacta puede ser demasiado numerosa o incluso demasiado escasa. Hay gente que "celebra" cuando lleva un determinado número de meses o años con su pareja. 
Un sentimiento no es como las matemáticas, que se redondea por exceso o por defecto. Los sentimientos no se pueden reducir a números, y menos sin conocer todo lo que hay detrás, y lo subjetivo que es el tiempo. Pero... ¡si incluso la teoría de la relatividad es una fórmula!


Puede ser que la especie humana sea demasiado insegura, y tenga que intentar reducir su vida a cifras porque no puede afrontarla sin valores objetivos. Para elegir entre una persona u otra debe servirse de números exactos de meses, horas, regalos, besos, otras personas con las que ha estado... 
Pero, ¿y si la vida es mucho más simple? ¿y si solamente lo estamos complicando más?. Finalmente no queremos a los números, ni de méritos, ni de besos, ni de meses, ni de años... al final queremos a las personas. A veces da la sensación de que lo siguiente que inventen será un aparato que te coloques en la cabeza y determine en una escala del 1 al 10 lo que quieres a una persona, para así evitarnos problemas innecesarios. 


Al fin y al cabo somos animales, venimos de ellos, y que menos que seguir los instintos, lo que sentimos, y dejar la cabeza a parte todo lo que se nos permita, para intentar adivinar quiénes somos realmente y qué queremos.





"El amor no se mide en corazones rotos,

no pretendas nunca quedarte con todo,
llega un momento en que hay que decidir
con quien y cómo has de huir...
Brindar por lo que fue
puede ser buena idea.
Soñar que puedo ser
todo lo que tu quieras"

3 comentarios:

  1. La sabiduría popular dice que tras una situación emocionalmente estresante y negativa somos más vulnerables a sufrir enfermedades, especialmente relacionadas con el corazón. Un estudio reciente intenta confirmar científicamente esa asociación. Artículo relacionado con la cardiopatía isquémica

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  2. El amor, junto con la muerte, es una de esas "cosas" tan tan mal "entendidas" en nuestra sociedad... son tantas las cosas que me gustaría escribir al hilo de tu post... que... me siento impotente, imposible de escribir!!!

    Ojalá con un café algún día intercambiemos impresiones! Por aquí me resulta sencillamente imposible, pero en fin, creo que abres "la caja de Pandora"..

    Pd: Aunque no suelo comentar, te sigo con frecuencia.

    Un abrazo.

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  3. Me han encantado tu entradas, tienes mucha razón en lo que dices, y me alegro de haber descubierto tu blog.
    Un beso desde http://ann-s-blog.blogspot.com.es/
    Ann

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