lunes, 4 de octubre de 2010

I believe I can fly, I believe I can touch the sky...


Juega, canta, ríe, sueña, corre, grita, llora de alegría, ponte unos tacones, sal a la calle, bebe, fuma, baila como una posesa, haz deporte, supérate, superalos, calla bocas, haz que todo el mundo que dijo que no podrías seguir adelante tenga que tragarse sus palabras, consigue que la gente vea en ti un ejemplo, estudia, alcanza tus metas, estudia una carrera, trabaja, siente que con tu trabajo y con tu simple estar ahí mejoras vidas, disfruta, encuentra a tu persona ideal, a un compañero de viaje, experimenta, haz botar la cama, reparte vida, y consigue que los demás te den un poquito de la suya, descansa, jubílate, dedícate a hacer yoga, a construir ridículas maquetas de cochecitos o aviones, a ver como te sale barriga, a ver como cada día te queda menos, recoge los primeros dientes que se te caigan para no volver a salir jamás, observa como tu marido pierde el pelo día a día, pasa momentos en la mecedora del porche recordando viejos tiempos, asume como poco a poco todos tus amigos de la infancia van abandonando este bonito mundo, ya queda menos, termina el viaje, espero que hayas disfrutado de tu estancia en este camino que es la vida, espero que no te hayan quedado demasiadas cosas sin hacer, que no hayan quedado muchos te quieros sin decir, que hayas ayudado, hecho cosas buenas y que te vayas con la conciencia tranquila... Porque al final de todo nada importa: ni el dinero, ni la fama, ni la belleza, todo es efímero. Solo te van a recordar por el bien que hayas hecho; por aquellos buenos momentos; por aquellos malos momentos ajenos que soportaste como si fueran tuyos propios. Porque la vida son dos días y prefiero vivirlos feliz, ¿de que otra manera si no?

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